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Por Valentina Cortés Lehuei , 21 de septiembre de 2023 | 15:30

Dos chilenos haciendo patria en El Bolsón

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Conoce a este matrimonio chileno de Silvia Vallejos y Alfonso Díaz, quienes por más de cuatro décadas han impulsado actividades de integración y cultura en Argentina.

Desde hace ya más de 40 años, en la localidad rionegrina de El Bolsón, Argentina, los chilenos Silvia Vallejos y Alfonso Díaz, casi por coincidencia y una fuerte motivación por ayudar, han sido embajadores culturales de su tierra natal, llevando la cueca, el baile y la chicha más allá de la frontera y prestando una mano amiga al chileno que llega a esas tierras.

Entrega de reconocimiento al matrimonio Díaz y Vallejos, junto al anterior cónsul Parodi y la nueva autoridad en el cargo, Javier Matta. Crédito: Cónsul General de Chile en Bariloche.

Desde su “pedacito de Chile” en Argentina; su hogar, el matrimonio cuenta a Diario Binacional su historia y cómo a lo largo de los años han prestado apoyo a la integración, brindando ayuda al Consulado Chileno en Bariloche, impulsando múltiples acciones humanitarias y el deporte desde la disciplina del karate.

“Salí de Puerto Montt el año 1977, como todo chileno patiperro que quiere viajar a otro lado y llegué a Bariloche en pleno julio. Nevaba fuertemente y no tenía donde quedarme hasta que llegué a El Bolsón. Creo que tenía 25 años. Buscaba una nueva vida, ya que en Chile era muy difícil encontrar trabajos en aquellos años”, relata Alfonso Díaz o el “Roto” como es apodado con cariño.

Iniciando el camino del karate año 1973.

En Argentina encontró un trabajo como albañil, mismo tiempo en que comenzó su trayectoria en las artes marciales siendo pionero en la comarca. Esto lo llevó a conocer a un amigo que le dio la oportunidad de trabajar en una farmacia, donde conocería la historia de “compatriotas” que lo motivaron a brindar ayuda.

“En esos años ya se hablaba del abuso de los gendarmes. Los chilenos llegaban a la farmacia y me contaban lo que les pasaba. Así comencé a ayudar a los compatriotas y hace como 30 años estoy apoyando por la parte consular de forma independiente y feliz. Y es que cuando uno ve más allá de sus narices ve al prójimo”, detalla.

Por su parte, Silvia Vallejos, oriunda de Máfil, de la Región de Los Ríos, comenta felizmente que en octubre cumplirá 40 años en Argentina, desde que decidió iniciar una nueva etapa, luego de vivir distintas situaciones que la llevaron a conocer a su esposo.

Silvia y Alfonso cuando recién se estaban conociendo.

“Fue amor a primera vista”, señala alegremente.

“Yo decía, cuando vaya a Argentina me voy a casar con una argentina y me enamoré de una chilena”, complementa Alfonso.

De esta forma comienzan un camino de ayuda a los compatriotas, que al igual que ellos, en sus primeros años en el país trasandino necesitaron una guía para realizar trámites, buscar un lugar donde alojar, un hombro amigo donde llorar y un espacio para recordar sus raíces.

Folclor e integración

Desfile de la Fiesta del Lúpulo.

El Bolsón es una zona con gran representación de habitantes de origen chileno-argentina, la que en los años 1800 tuvo a sus primeros habitantes, carpinteros, albañiles y trabajadores chilenos que representan la fiel mirada de “El roto”, un sello de cultura y trabajo que el matrimonio Diaz y Vallejos comparten en estas tierras a través del folclor y la gastronomía.

De a poco el matrimonio fue llevando la cueca como una forma de integrar no sólo a los chilenos que llegaban, sino también a quienes vivieron durante muchos años en esta zona, formando así el primer grupo folclórico llamado, “Por si acaso”.

Desfile del 25 de Mayo.

“Cuando yo lo conocí, él tenía una guitarra y yo charangueaba no más. Entonces se la pedí y le canté “El Zorro”. Fuimos a la primera radio que se formó acá en El Bolsón donde nos presentamos y así empezamos a formarnos y a bailar. Pusimos en aquella época a alguien que sabía tocar el acordeón y a juntarnos entre poquitos chilenos”, recuerda Silvia.

“Nos incentivó harto el folclor porque acá hay muchos descendientes chilenos antiguos y cuando nos veían bailar lloraban porque ellos pensaban que veníamos de Chile. Es así cuando uno emigra”, comenta Alfonso.

En desfiles, eventos abiertos y actividades especiales participaba el matrimonio junto al grupo folclórico, enseñando la música y bailes típicos de su país. Pero, no sería hasta una solicitud muy especial que la comida tradicional llegaría a ocupar un puesto igual de importante.

“De primera no sabía cocinar nada, entonces una abuelita me dice que haga empanadas, me enseñó y me quedó la receta. Después cuando iba a Chile buscaba recetas que me dieron mi mamá y mi tía y que hacían para el 18 y así comencé con el tema de la cocina. Tuvimos una muy buena respuesta acá", comparte Silvia.

Chicha y empanadas

Inauguración de la Plazoleta República de Chile en El Bolsón.

¡Del cerro Piltriquitrón vino bajando una golondrina y en cada suspiro decía viva Chile y Argentina!

¡Que vivan las dos banderas la cueca y el pericón, el ceibo (flor nacional argentina) y los copihues (flor nacional chilena) con ardiente corazón!

Casa de los Díaz Vallejos estas Fiestas Patrias.

"Cuando recién llegamos nos juntábamos entre chilenos y argentinos para celebrar las Fiestas Patrias, en tres días bailando, y carneando en familia. Todos los años, dos días antes hacemos un homenaje con comida típica chilena. Los alcaldes y las autoridades nos apoyan y es que tenemos una plaza que se llama la “Plazoleta de la República de Chile”, narra Alfonso.

Con las típicas empanadas y preparaciones de Silvia más el pisco sour de Alfonso se reciben a las autoridades entre los cantos de los himnos de ambos países y un pie de cueca junto al intendente.

“Todos los años a las 8 de la mañana pongo mis dos banderas afuera”, detalla.

Parte "Che" y parte Poh' 

A lo largo de estas cuatro décadas en Argentina la pareja ha sido parte fundamental en la integración, prestando ayuda para documentar a los chilenos que residían en El Bolsón, llevando la música típica a radios argentinas y desarrollando torneos internacionales de karate tanto en Chile como en Argentina.

Disciplina por la que Alfonso obtuvo un reconocimiento en vida y continúa impartiendo clases en la Escuela Municipal de El Bolsón.

Hoy la pareja reflexiona sobre su vida, los reconocimientos que les han entregado y agradecen la nutrida experiencia que han obtenido en el país que les abrió los brazos.

“Agradezco a dios y a los hermanos argentinos porque ellos nos valoran como personas, no por lo que uno tiene o lo que lleva puesto, uno comparte su idiosincrasia como ellos lo saben vivir”, agradece Silvia.

“De parte mía es una satisfacción porque el hecho de que compatriotas vengan a nosotros por ayuda y también las autoridades se acerquen significa que estamos haciendo las cosas bien”, destaca Alfonso. 

Un medio especializado de Grupo DiarioSur.

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